martes, 7 de septiembre de 2010

Amistad y amor capitulo 1


1º- Risas y bromas

Rosa estaba una tarde viendo una película, le encantaban las películas de ciencia-ficción y estaba viendo Avatar, que se la acababa de comprar en DVD. Al cabo de un rato sonó su móvil.

-Hola Izan, ¿Qué tal el día en el hospital? ¿Salvaste muchos niños? –preguntó muy alegre mientras dio al Pause en el mando a distancia.

-Bastante bien, pequeña. –contestó. – ¿Y el tuyo?

-Muy bien, ya sabes que los peques me dan alegría. –respondió sonriente. – Oye ¿por qué no te vienes a casa? –le preguntó Rosa. –Estoy viendo Avatar que me la compré ayer.

-Vale, nos vemos en un rato, pequeña. –dijo cariñosamente antes de colgar.

            Rosa paró el DVD, así vería la película con Izan. Eran amigos desde el colegio, ella desde el primer día se llevo bien con él, pues era un chico muy simpático y cariñoso, que además tenía los ojos verdes y la mirada de un niño.

            Se lo contaban todo, no tenían secretos. Desde siempre se habían apoyado y ayudado. Pero Rosa no sabía que Izan le ocultaba un secreto, era lo único que Izan no se había atrevido a contarle a su amiga…

………………………..

            Izan nada más colgar se puso a sonreír desmesuradamente. Rosa le gustaba desde la primera vez que la había mirado. Desde aquel momento habían sido amigos, él la había ayudado y querido con todo su corazón, pero su amiga ignoraba que le gustase de tal forma.

            Él sabía que para Rosa, tan solo era un amigo. Quizás era por eso por lo que le resultaba tan inevitable amarla. Durante el camino a casa de Rosa, no paró de pensar en ella, y en su bonita mirada, unos ojos azules grisáceos, que habían que perdiera la concentración solo con mirarlos un segundo.

            Llamó al timbre y pasó. Ella le abrazó fuerte, y él la levantó en volandas. Desde pequeños hacían eso, era su saludo especial. Izan estaba encantado de ese saludo, pues le permitía tener entre sus brazos el delicado cuerpo de Rosa.

-Hola. –dijo ella.

-Vaya, si que tenías ganas de verme ¿no? –preguntó Izan levantando una ceja.

-Ya sabes que me encanta verte. Además estoy deseando ver la peli entera y parecía que no llegabas… -se quejó ella.

-Pero si la vimos en el cine. –le recordó su amigo.

-Ya, pero de eso hace mucho. –dijo. –Venga, que hice palomitas y compré chucherías. –añadió tirando de él hacia el sofá.

-Mira que eres impaciente… que no tienes cuatro años, que esa es la edad de tus niños. –se burló.

Estuvieron viendo la película y comiendo todo lo que Rosa había sacado. Durante la película Rosa apoyó la cabeza en Izan, le encantaba ponerse así, siempre había pensado que su amigo tenía un hombro de lo más confortable.

Izan no prestó demasiada atención a la película. Tener a su amiga tan cerca le nublaba el juicio. Cuando acabó la película recogieron los vasos y demás, se había hecho algo tarde.

-Ya se hizo bastante tarde. –dijo Izan mirando el reloj.

-Quédate a cenar. Tengo croquetas y ya sabes que me salen buenísimas. –contestó Rosa presumiendo de su talento culinario.

-Uy… entonces me quedo. Que ya echaba de menos tus estupendas croquetas. –respondió frotándose las manos.

            Estuvo friendo las croquetas mientras Izan puso la mesa para los dos. No pudo evitar imaginarse su vida junto a Rosa, lo cierto es que ansiaba tener el valor suficiente algún día para confesarle sus sentimientos, pero mientras, tan solo sería para ella su mejor amigo.

            Se pusieron a cenar, mientras Izan como siempre le contaba chistes a Rosa. Lo cierto es que Rosa era una persona de risa fácil, pero además Izan era bastante bueno en el plano cómico.

            Izan siempre se tomaba las croquetas de Rosa con tomate frito. Rosa odiaba que su amigo hiciera eso a sus queridas croquetas. –Así las estropeas, con lo buenas que me quedaron. –protestó.

-Así las mejoro, no veas lo ricas que están. –dijo. –Mira ¡pruébalas! –dijo tirándole una encima y haciendo que se manchara la camiseta de tomate.

-¿Estás tonto? –preguntó mientras miraba la enorme mancha de tomate.

-Es que eres muy mala cogiendo las cosas al vuelo… -dijo en tono burlón.

            Rosa quería vengarse de su amigo. Se levantó y cogió el bote de tomate y se lo echó encima. Entonces comenzó a reírse. –Uy si, todo mejora con tomate. –dijo probando el tomate de su cara con el dedo.

-Con que esas tenemos ¿eh? –dijo con una sonrisa.

            Se fue a la nevera y cogió unas natillas de chocolate que había. Rosa al verlo se acercó a él. –Son mis natillas y con eso no se juega. –dijo fingiendo enfadarse.
-Tranquila, si es para que nos las comamos. –contestó mientras las abría.

            Abrió las natillas y las cogió con la mano para manchar la cara de Rosa. Después las probó con la lengua. –Um... tus natillas están estupendas…

            Rosa se enfadó con su amigo, sabía que con los postres no se jugaba, le había sentado mal. Izan al ver la cara de su amiga se echó a reír. –Vamos… no te enfades que solo estaba jugando.

            Se quitó la camiseta, dejando al descubierto su torso bien definido por todo el deporte que hacía. Limpió la cara de Rosa con ella para quitarle el chocolate. Ella sonrió ante las pintas que tenían con las caras manchadas de comida.

-Eres peor que mis alumnos… -dijo al fin sonriendo. 

6 comentarios:

  1. Me ha encantado ^^
    Tiene muy buena pinta esta historia, espero leer pronto el siguiente capítulo

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  2. Me encantaa, la pelea de comida lo mejor, jaja

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  3. Me encantó! Si es que teneis un don! Jajaja
    Y lo de la peleaa me mola mucho xD

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  4. me encanta!!!!!!!!
    uuu yo tambn kiero acer una pelea de comida!!! tiene q ser super divertido!!! jajajaja
    siguiente!!!!!!!!!

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  5. me encanta!! tiene pinta de estar muy bien, ya tiene una nueva seguidora!! (YO

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