5º- Izan conoce a Ángel
Ya no podía declararse a Rosa, no cuando ella estaba observando con la boca abierta la mesa donde estaba el famoso e imbécil de Ángel. No sabía cuál de los cuatro era, pero los miraba a todos con odio.
-De todos ellos ¿Quién es?- preguntó Izan intentando controlarse.
-Aquel el de la camisa blanca moreno- dijo Rosa sin apartar la mirada de Ángel.
Izan le miró con odio sin que Rosa se diera cuenta. Y en ese instante, miró Ángel hacia la mesa de Rosa e Izan y éste apartó la mirada a la vez que Rosa. Ella dijo- bueno ¿qué te parece? ¿A qué es muy guapo?
-Si será muy guapo, pero no te conviene. Es un chulo y un creído. - respondió Izan intentando abrirle los ojos a su amiga.
En ese momento se levantó Ángel y pasó al lado de la mesa de ellos dos y miró a Izan con cara de asco y a Rosa la sonrió. Ella se quedó mirándole mientras se alejaba e Izan dijo muy bajo sin darse cuenta de que lo decía. - idiota, creído, chulo…
-¿Qué dices?- preguntó Rosa al haberle oído.
-No, nada no he dicho nada- respondió Izan haciéndose el loco, al descubrir que lo ha dicho en alto.
A los dos minutos volvió a pasar Ángel y dijo. - Hombre ¡qué casualidad! ¿Qué estas aquí con tu novio?
-No, no es mi novio, es mi mejor amigo. - respondió Rosa sonriente y mirándole. Ángel al oír eso miró a Izan con aires de superioridad y dijo- Encantando, yo soy Ángel.
-Izan- respondió éste ofreciéndole la mano para que la estrechasen. Ángel la cogió gustoso. Izan en el momento que la cogió la estrechó muy fuerte, mirándole con la mirada asesina advirtiéndole que se alejase de Rosa
Ángel en ese momento, sonrió con una sonrisa falsa diciéndole con la mirada que no se pensaba alejar, dejaron de estrecharse las manos y Ángel dijo. – Bueno Rosa ¿y qué haces por aquí?
-Pues nada que hemos ido a ver una película al cine y ahora te estamos cenando tranquilamente- respondió Rosa feliz.
-¿Qué película habéis visto?- preguntó ángel interesándose.
-Una de miedo. Que por cierto no me gusto mucho, pero bueno… Se titula “The crazies” no se si te sonara- respondió Rosa.
-Si me suena. Y por cierto, si hubieras venido conmigo no hubieras tenido tiempo ni de asustarte, porque estarías ocupada con otras cosas- respondió Ángel guiñándole un ojo a Rosa.
Rosa en ese instante se sonrojó y miró a su plato. Ángel sonrió al ver su reacción, mientras Izan estaba al borde de explotar y decirle unas cuantas cosas a su amiga. Pero prefirió callarse para que ella no se enfadara con él. Ángel se fue y Rosa dijo. - ¿A qué es simpático?
-Ya te he dicho lo que opino de él. Además tú te mereces algo mejor. - respondió Izan intentando no mostrar su furia.
-Pero si es muy majo, simpático y agradable- contestó Rosa sonriente.
-No aguanto más esta noche, me voy a casa a dormir. - dijo Izan explotando al fin.
-Vale como quieras. Tú sabrás si estas bien para ir a tu casa a descansar- respondió Rosa sobresaltada por como acababa de actuar su amigo.
Terminaron de cenar, Izan lo pagó todo como parte de su apuesta. Salieron del restaurante y la acompañó a su casa. Subieron los dos e Izan cogió un par de cosas para irse a dormir a su casa.
Sin decirle nada a Rosa, salió por la puerta casi dando un portazo y Rosa al oír el portazo dio un bote y dijo en voz alta. - ¿qué le pasa que esta tan raro y enfadado? -se preguntó. –Bueno, ya se le pasara. –se metió en su habitación se cambió de ropa y se metió en la cama
Rosa no pegó ojo en toda la noche, recordando la buena tarde que había pasado. Y haber estado hablando con Ángel la había mejorado más todavía. Lo que le hizo recordar la actitud tan infantil que había tenido su amigo.
Tenía que hablar con él al día siguiente, pues quizás le había pasado algo y eso empezó a preocuparla. Pero cuando se levantó y marcó el número de Izan le sorprendió que no se lo cogió.
A lo largo del día lo siguió intentando. Pero las primeras veces no se lo cogió, y después le colgaba el teléfono. Eso hizo que Rosa empezara a enfadarse con su amigo, aunque una parte dentro de ella estaba preocupada por si le había sucedido algo.
Por la tarde, por fin y después de varias llamadas Izan le cogió el teléfono a Rosa con bastante desgana. – ¿Qué?
-¿Por qué no me cogiste el teléfono? –preguntó. –Llevo todo el día intentando localizarte.
-Ya vi todas tus llamadas, estaba con otras cosas. –contestó algo seco.
-¿Te pasa algo? –preguntó Rosa preocupada.
-¿A mí? –preguntó. – ¿Por qué crees que me pasa algo?
-Porque ayer te fuiste de repente y sin despedirte, y porque te llevo llamando todo el día y no me lo has cogido.
Izan estaba muy enfadado con su amiga. No podía creerse que estuviera tan ciega como para interesarse por un tipo como Ángel, así que no pensó en lo que decía. – ¿Es que tenemos que estar pendientes el uno del otro las veinticuatro otras del día? –preguntó. – ¡Qué no somos siameses!
Eso dejó algo cortada a Rosa. No se esperaba semejante respuesta por parte de su mejor amigo. –Perdona, no quería molestarte. –dijo. –Esta tarde nos vemos como siempre ¿no?
-Pues no puedo, estoy ocupado. –contestó muy fríamente.
-Ah, vale. –respondió apenada. –Pues que pases buena tarde. Un beso.
oooo :(
ResponderEliminarPobrecitos, ojala se solucione todo
Jooooo como no se solucione me da algooo! =(
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