jueves, 28 de abril de 2011

Amistad y amor capítulo 28

28º-El accidente

Entonces, oyeron una risa, miraron su procedencia y se pusieron como locos al ver que se trataba de Álvaro. No pudieron controlarse. Salieron disparados a por él. Entre los dos lo lanzaron al suelo.

-¡Cabrón, hijo de puta! –gritaban.

Él intentaba defenderse como podía, pero aún así no paraba de sonreír. Al final conseguiría que Kira no fuera para nadie más. 

–Si ella no es mía, no será de nadie. –dijo mirándolos.

Los golpes aumentaron, no solo puñetazos, también patadas. Hasta que una chica se acercó a ellos y se puso a dar voces. 

–Una de las chicas del accidente os está llamando.

-Llama a la policía para que detengan a este cabrón. Ha sido él el culpable del accidente. –dijo Izan que estaba algo más calmado.

Aitor estaba incontrolable, su hermano tuvo que sujetarle por la espalda porque no había parado de golpear a Álvaro. 

–Las chicas nos necesitan.

Eso fue lo que le hizo reaccionar, se acercaron a sus chicas. Estaban tumbadas junto al coche. Rosa tenía muchos cortes superficiales pero estaba preocupada por su bebé. Kira no tenía tantos cortes, pero lo que más les preocupaba es que no paraba de sangrar la herida.

No sabían lo que hacer, tan solo apoyar a sus chicas, estar a su lado e intentar que no sangraran demasiado las heridas. Hasta que por fin escucharon el ruido de la ambulancia que llegaba.

Las revisaron rápidamente, y las subieron a las camillas, se llevaron a cada una en una ambulancia con su respectivo novio en ella. Lo que más les preocupó a los ATS fue el embarazo de Rosa, estuvieron comprobando que no había sufrido daños.

En la ambulancia en la que iba Kira, intentaron taponarle la herida. Aitor estaba cada vez más alterado. Hasta que escuchó algo que lo alarmó mucho más. 

–Date prisa. –dijo el ATS al que conducía la ambulancia. –Tiene el bazo roto, ¡hay que intervenirla ya!

Una vez llegaron allí, a ellos los mandaron a la sala de espera. Mientras sus chicas pasaban dentro en las camillas rápidamente. Los dos hermanos sabían que tenían que esperar y eso iba a ser muy difícil y angustioso.

Parecía que la que peor estaba era Kira, por la gran herida, pero Izan estaba muy preocupado por el bebé. 

–Tengo miedo de que pase algo con el bebé.

Pero su hermano no podía consolarle. Sabía que Kira estaba muy grave. Habían dicho que tenían que operarla porque se le había roto el bazo. Y había visto las suficientes series de médicos como para saber que era grave.

Tras unas larguísimas horas de espera, salió un médico a buscarlos. Era alto y con una expresión amable en el rostro. 

–Vengo a informarles del estado de las dos hermanas. Tengo entendido que son sus parejas.

-Doctor ¿Cómo están? –preguntaron a la vez.

-Rosa, tiene cortes superficiales, y milagrosamente el bebé está bien. Pero ella sigue muy alterada por lo ocurrido y si sigue tan estresada podría causarle daños al bebé.

-Yo puedo conseguir calmarla, si me deja pasar a verla. –dijo Izan.

-¿Y cómo está Kira? –preguntó Aitor.

-También tenía cortes superficiales, pero no sé si sabe que se le rompió el bazo. La hemos operado de urgencia. –explicó. –Afortunadamente, la operación salió bien, pero tardará en recuperarse.

Los dos hermanos salieron disparados hacia la habitación de sus chicas. Izan empezó a besarle el cuello a Rosa que a los dos minutos ya estaba tranquila. 

–Así está mejor, mi amor.

-Ya sabes que cuando me besas en el cuello, a los pocos minutos estoy tranquila y relajada. –Le dijo ella. - ¿Cómo esta Kira?

-Bien. Aunque la tuvieron que operar de urgencias porque se rompió el bazo. –Dijo él furioso. –Además ya sabemos quien fue el gilipollas que provocó el accidente. – Su furia iba en aumento.

-¿Quién fue?

-Álvaro

-¿Cómo? –preguntó alarmada.

-Tranquila, que no se fue de rositas…

-¿Qué habéis hecho? –preguntó alarmándose.

-Nada que no se mereciera... –contestó sin mirarla.

En parte Rosa estaba de acuerdo. Ese chico los había hecho sufrir demasiado. Era mala persona, y su hermana estaba grave por su culpa. Además que ella había estado a punto de perder al bebé. Se quedaron pensativos cogidos de la mano.

…………………….

Mientras tanto, Aitor miraba a Kira. Aun estaba dormida por los calmantes de la operación. La observaba en silencio, no podía evitar cabrearse por lo que le dijo Álvaro. No le había gustado nada eso de que si Kira no era de él, no sería de nadie.

Pasado un rato, Kira se despertó, estaba muy desorientada, y sentía que le dolía todo el cuerpo. 

– ¿Dón… dónde…estoy?

-En el hospital. Tuvisteis un accidente. –explicó él.

-¿Y… mi hermana? –preguntó intentando incorporarse.

-No te levantes. Tranquila. –dijo él impidiéndoselo. –Ella y el bebé están bien. Solo son cortes superficiales.

-Menos mal. –suspiró. –Pero no me explico lo que pudo pasarle al coche, que no frenaba.

-Fue el gilipollas de Álvaro. –contestó apretando los puños.

-Genial ha actuado como pensé que iba a actuar. - susurró Kira sin saber que Aitor la había oído.

Amor y amistad capítulo 27


27º- Mala jugada

-NO. –gritó Kira furiosa. –Nadie se va a pelear, y mucho menos por mi culpa. Solo quiero olvidarme de él y seguir con mi vida.

            Ellos intentaron replicar pero no fue posible, pues Kira estaba muy firme y seria, convencida de las palabras que acababa de pronunciar. 

–Mi hermana tiene razón. –Dijo Rosa.

-Está bien… -dijeron los hermanos a la vez.

-Pero se merece una buena paliza. –contestó Aitor apretando los puños.

Kira se acercó más a él.

–Por favor… hazlo por mí. No quiero que te pase nada malo.

            Esas palabras fueron más que suficientes para convencer a Aitor, que se había derretido ante el tono en que le había hablado su amada. 

–No valen chantajes… no es justo…Pero vale.

-Hermanito, si que debes estar coladito por ella. Nadie te había hecho cambiar de opinión en algo así. –dijo Izan en tono divertido.

-Déjame. –dijo sonrojado, mirando al suelo, porque no sabía lo que decir.

-Mi hermana siempre ha provocado eso en los hombres…- dijo Rosa riéndose.

-Déjale en paz, pobrecito… -contestó Kira con una sonrisilla.

-Lo que hay que hacer, es pensar algo pero sin recurrir a los puños. –comentó Rosa bastante seria.

            Después de mucho hablarlo, decidieron que lo mejor era denunciarle. Así que pusieron rumbo los dos chicos. Kira se quedó con su hermana, que estaba bastante cansada por el embarazo, a pesar de no estar de demasiados meses.

            Cuando volvieron, decidieron cenar los cuatro juntos. Les hizo bastante ilusión a las dos hermanas, sobre todo, en ese momento que ambas tenían novios oficialmente. Estaban muy contentas y eso se reflejó durante toda la cena.

………………………………..

            Álvaro había ido a jugar como todas las tardes. Pero al volver, un policía le llamó la atención, le ordenaba que se detuviera. Le cogió y estuvo apunto de esposarlo, pero consiguió soltarse en el último momento.

            Iba a marcharse a su casa, pero sabía que si le estaban buscando, le intentarían buscar en su casa. Así que decidió irse a un motel hasta que se le ocurriera un plan. Estaba casi convencido de que Kira le había denunciado, sino, no era capaz de comprenderlo.

-Se va a enterar esa zorra… -juró en voz alta.

            Esa noche no durmió, estaba organizando planes para poder vengarse. Si Kira no estaba con él, no estaría con nadie porque estaría muerta y enterrada. Quería algo que la hiciera sufrir, y en el caso en que quedara viva, que la hiciera reflexionar para volver con él.

…………………………

            Rosa y Kira decidieron salir una tarde, sería una tarde de chicas y una tarde de compras. Así que los chicos pusieron mala cara en cuanto se lo dijeron.

–Tranquilos, no tenéis porqué venir, así será una tarde de chicas. –comentó Kira.

-Vale, así nosotros vamos a tomar algo.

-No os iréis a emborrachar ¿no? –preguntó Rosa levantando una ceja.

-No, nos tomaremos algo en algún bar del barrio.

-Vale, esperamos que seáis buenos. –pidió Kira.

            Ambas hermanas besaron a sus respectivos novios y se fueron al coche. Estaba aparcado delante de la puerta de Rosa. Aunque ella no lo llevaría, sino su hermana. Con lo del embarazo no la dejaban hacer nada.

Bajaron los cuatro al portar y se despidieron de ellos con un beso fugaz, ellas se fueron al coche y ellos hacia un bar que había en otra calle. Kira iba conduciendo tranquilamente y hablando con su hermana mucho más tranquila al saber que Álvaro ya tenía la denuncia puesta.

Llegan al centro comercial y no pararon de comprar cosas en todas las tiendas, cada una se llevaba algo de cada tienda y algunas prendas de ropa eran iguales. Tenían el mismo gusto para la ropa y para los complementos y zapatos, muchas veces se prestaban cosas una a la otra.

........................................

Mientras tanto Izan y Aitor, se sentaron en una terraza de un bar al final de la calle hablando tranquilamente

-Jamás pensé que fuéramos a estar los de novios con dos hermanas, y mucho menos yo con Rosa. – dijo Izan.

-Ya te digo hermanito, yo nunca pensé que fuera a tener una oportunidad con Kira. –contestó suspirando.

-Bueno y que... ¿ya os habéis acostado? –preguntó  Izan para picar a su hermano.

-No, porque ella sigue teniendo miedo y tal… -dijo él sonrojado. Entonces le vino Álvaro a la cabeza. - Todo es por culpa del gilipollas ese.

-Bueno tranquilo piensa en positivo. Si no llega a ser porque él la pego, ella hubiera seguido con él y no estaría contigo. – dijo Izan.

-También es verdad… Pero nunca se debe pegar a una chica y menos a Kira. –contestó.

-Volviendo al tema de Álvaro, yo pienso que aunque hayamos puesto la denuncia, intentará hacer algo.

-Pues yo tengo unas ganas de pegarle una paliza...- dijo Aitor apretando los puños. - De no ser porque se lo he prometido a Kira… le haría picadillo en cuanto le viera.

De repente, escucharon un tremendo ruido. Vieron que empezó a ir mucha gente a ver que ocurría. Decidieron acercarse, reconocieron el coche y se pusieron como locos. Se acercaron  para ayudarlas a salir del coche. Mientras la gente del alrededor llamaba a las ambulancias, ellos a la vez que ayudaban a sus chicas.
-¿Estáis bien? –preguntaron histéricos.

Rosa se tocaba la barriguita muy preocupada. Comenzó a llorar. 

–Espero que no le haya pasado nada.

            Tenían cortes por todas partes, pero Kira sangraba mucho, tenía abierta una herida en el cotado derecho. Intentaron taponársela con una camiseta. Estaba muy desorientada, y los ojos no enfocaban al frente.

-Mi vida, estoy aquí, mírame. –pidió Aitor con desesperación.

Unas cosillas

hola!!

Soy Marru, una de las brujitas del blog. Lamentamos tanto retraso con los capítulos, pero con la semana santa de por medio, que ahora Dafne y yo coincidimos menos y las cosas que cada una tenemos pues se hace difícil.
Además yo con la inminente publicación de Amor inesperado en Bubok estoy bastante liada.
Por eso Dafne sugirió que pongamos dos capítulos como compensación, pero os pediríamos que comentáseis más aqui o en el evento en tuenti para saber si os va gustando.


Un beso

miércoles, 30 de marzo de 2011

Amistad y amor capítulo 26


26º- Encuentro peligroso…

            Kira estuvo algo intranquila. Sabía que todas las tardes Álvaro se iba a jugar a la consola. Pero volver a esa casa le daba malas vibraciones, no se sentiría a gusto hasta estar fuera de esa casa definitivamente.
 
Cuando dieron las seis, se pusieron en marcha. Lo que alteró más el estado anímico de Kira.

–Por favor, cálmate, que no va a pasar nada.

-No sé, tengo un presentimiento…

-Tranquila, ¿Vale? Yo estoy contigo. –dijo cuando aparcó el coche.

            Se bajaron del coche y cogieron un par de cajas que Aitor tenía por casa, para así poder guardar las cosas. Abrieron con las llaves que todavía conservaba Kira. La casa estaba en absoluto silencio.

            Los muebles tenían una gran capa de polvo y muchas de las cosas estaban descolocadas o tiradas en el suelo. Se notaba que Álvaro no se ocupaba para nada de la casa. 

– ¡Qué pocilga…! –dijo Aitor.

-De la casa siempre me ocupaba yo. –comentó mirando a su alrededor.

-Bueno, cogemos las cosas que quieras y nos vamos.

            Buscaron ropa, algunos objetos personales a los que les tenía mucho cariño, libros y DVDs. Lo metieron en las cajas y Aitor empezaron a bajarlas al coche. 

– ¿Cuántas quedan? –preguntó él desde el portero.

-Solo un neceser de maquillaje. Espérame en el coche, que lo cojo y bajo.

-Vale.

            Cogió el neceser y cerró la puerta, llegó hasta el portal y le sorprendió tremendamente la escena. Álvaro estaba frente a Aitor, junto al coche.

–Por fin te veo… estás más guapa todavía.

-Álvaro… -dijo aterrada.

-No te acerques a ella. –amenazó Aitor poniéndose delante de ella.

-¿Y me lo vas a impedir tú? –preguntó riéndose.

-Sí. Así que si no quieres salir mal parado, lárgate. –su voz era firme y profunda.

-Eso lo vamos a ver. –le retó.

            Se abalanzaron el uno contra el otro en una dura pelea, de golpes y patadas. Kira estaba temblando de miedo, mirando cómo se peleaban, no era capaz de reaccionar. Y el miedo a que le ocurriera algo a Aitor la paralizaba más aún.

            Los dos recibían golpes por doquier. Ambos se habían partido los labios y les sangraba la nariz. Mientras Kira seguía sin reaccionar y sin saber lo que hacer para que esa pelea terminase.

            Hasta que Aitor le dio un golpe certero en el estómago que hizo que se doblara y lo aprovechó para tumbarlo. Entonces se acercó a Kira, y la arrastró hasta el coche, mientras Álvaro se retorcía de dolor en el suelo.

- ¡Vámonos! –gritó cerrando las puertas.

            Arrancó el coche a toda prisa y se fueron de allí lo más deprisa que pudo. Kira estaba muy nerviosa pero consiguió calmarse para preguntarle.

– ¿Estás bien? ¿Te hizo daño?

-Estoy bien, solo son unos golpes. –dijo limpiándose la sangre de la cara.

            Sabía perfectamente dónde tenía que ir. A casa de su hermano, pues Kira se había puesto muy nerviosa con el enfrentamiento, y era evidente que necesitaba ser consolada por su hermana.

Llegaron pero no había nadie en la casa. Le llamó al móvil y lo cogió enseguida. 

– ¿Dónde estáis?

-Dando un paseo para que Rosa estire las piernas. ¿Por qué? –preguntó Izan.

-Estamos en vuestro portal, ha pasado algo. –dijo muy serio.

-Ahora vamos. –contestó antes de colgar.

            Esperaron en el portal. Kira no había pronunciado palabra, había escondido el rostro en el pecho de Aitor. Él acariciaba su espalda para intentar calmarla. Al poco rato vieron aparecer a sus hermanos.

            Los vieron muy serios, Kira estaba asustada y casi temblando. Izan y Rosa les preguntaban con la mirada qué era lo que había ocurrido. Kira al ver a su hermana se abalanzó sobre ella para comenzar a llorar desconsolada.

-¿Pero qué ha pasado? –preguntó Izan al ver la reacción de Kira.

-Mejor subamos, que no es un tema para hablarlo en la calle. –sugirió su hermano.

            Hicieron caso a la sugerencia de Aitor. Una vez arriba, Rosa le preparó una tila a su hermana para que se calmara. Izan estaba ansioso por saber lo que ocurría. 

–Bueno, decidnos ya lo que ocurrió. Porque parece que vienes de una pelea, hemanito.

-El cabronazo de Álvaro es lo que ha ocurrido. –contestó Aitor apretando los puños con furia.

Ambos abrieron los ojos desmesuradamente. Rosa se acercó a su hermana.

– ¿Te hizo algo?

-A mi no. Pero se pelearon y Aitor tiene moratones. –contestó entre balbuceos.

-Que no es nada. –dijo él. –Pero si me vuelvo a encontrar a este cabronazo… no respondo de mi… -juró enfadado.

-No quiero que vuelvas a pegarte con él. Es muy peligroso.

-Será cabrón… -escupió Izan. –Lo voy a matar…

-Cálmate, por favor. –le pidió Rosa. –Las cosas no se arreglan a golpes.

-Esa clase de gentuza es lo único que entiende. –contestó Izan con asco.

-Estoy de acuerdo, hermanito.

martes, 29 de marzo de 2011

Aviso y disculpas

hola!
soy Marru, una de las administradoras del blog de las brujitas. Lamentamos tardar tanto en subir capítulos pero estamos bastante ocupadas y dado que cada tiene unos horarios, nos resulta complicado compajinarnos para subir los capítulos y para escribirlos.
Muchas gracias por los comentarios que vemos sobre todo a través de tuenti y alguno que vemos en el blog sobre el relato. Nos alegra que os guste tanto.

Luego hablaré con Dafne, la otra brujita que administra el blog para que si podemos subir otro capítulo y a ver si intentamos compajinarnos mejor y así no dejaros con la intriga tanto tiempo.

un beso

sábado, 26 de febrero de 2011

Amistad y amor capítulo 25

25º-Buenos cambios

Salieron los dos muy sonrientes hacia el salón. Los dos hermanos se quedaron extrañados.

-¿Qué os pasa que estáis tan sonrientes?- preguntaron casi a la vez.

-Pues… que estamos juntos. -respondió Aitor. Con lo que Kira se escondió en su hombro por la vergüenza.

-Eso es maravilloso. -respondieron Izan y Rosa al unísono.

-Parad ya. –dijeron ambos sonrojados.

-Vale, vale ya paramos.

La cena fue muy tranquila. Terminaron de cenar y se pusieron a recoger. Después Aitor y Kira se fueron a la habitación de ella.

-¿Cómo estás? –le preguntó él mirándola.

-Rara. Me siento muy rara, aún no me acostumbro a la idea. – respondió ella con una sonrisa.

-Yo más que raro, me siento genial. Es más, aún no me creo que me hayas dicho que si. - dijo él con otra sonrisa.

-Pues créetelo, porque es verdad. - dijo ella acercándosele.

Aitor sonrió todavía más al escuchar eso. Se lanzó hacia ella, tumbándola en la cama y quedándose él encima para besarla. Kira enroscó los brazos en su cuello y le siguió el beso.

Pero pronto, Kira tuvo que parar porque empezó a imaginarse que le pasaba como con Álvaro. No pudo seguir, puso las manos en el pecho de Aitor para apartarlo de ella.

Él se quedó extrañado y preocupado al ver la reacción que estaba teniendo Kira, y su expresión atemorizada.

– ¿Qué te ocurre?

-Me ha entrado miedo… -confesó. –Me he imaginado que me iba a pasar lo mismo que con Álvaro… -no pudo evitar que algunas lágrimas se le saltaran de los ojos.

-Shhh… tranquila. –dijo acunándola. –Yo jamás te haría daño. No debes tenerme miedo. Iremos más despacio si quieres.

Ella se abrazó fuerte a él, todavía con el miedo en el cuerpo de recordar a Álvaro. Tenía la sensación de que Álvaro no se daría por vencido, y eso la aterraba de una forma inimaginable.

-¿De qué tienes miedo exactamente? –preguntó Aitor cuando ella estuvo más tranquila.

-Estoy aterrada por Álvaro. Presiento que no se va a dar por vencido, que va a intentar volver a atacarme. –contestó.

-No debes pensar eso, porque yo jamás voy a dejarte sola. –dijo. –No dejaré que se acerque a ti ni que vuelva a ponerte un dedo encima. –juró.

Ella sonrió ante la determinación de su novio. Todavía se le hacía raro llamarle “novio”, pero estaba feliz. Por primera vez, parecía que podía ser feliz, que alguien se preocupase por ella era algo maravilloso.

Intentó pasar página, hacer caso a Aitor y no pensar en Álvaro. Lo cierto, es que algunos días iba bien, estaba feliz y relajada. Pero llevaba ya muchos días en casa de su hermana y sentía que los estaba molestando.

Un fin de semana, Aitor había ido para pasar un fin de semana en parejitas como llevaban haciendo un tiempo. Pero ella no quería molestar más, así que tomó una decisión.

–Yo quería deciros algo… Me marcho porque no quiero seguir molestando.

-Hermanita, tú no molestas. –dijo Rosa.

-Claro que sí. Vosotros querréis estar a solas y yo no os dejo. –contestó.

-Pero ¿Dónde vas a ir? –preguntó su hermana.

-Pues a un hotel, hasta que encuentre algo. –respondió.

-¿Cómo te vas a ir a un hotel? –preguntó Aitor.

-Pues yéndome. No quiero seguir molestándoles. –dijo.

-¿Por qué no te vienes a mi casa? –preguntó él de improviso.

-¿A tu casa? –preguntó sorprendida. –Es un poco pronto…

-No me entiendas mal, tengo un par de habitaciones libres, es una casa grande. –dijo. –Tú puedes quedarte en una de las habitaciones.

-Pues no es mala idea. –comentó Rosa.

-Claro que no. Es que mi hermano es más listo… -dijo Izan orgulloso y sonriendo.

Sonrieron algo más relajados. Sobre todo Kira, que no pretendía seguir estorbando en casa de su hermana. Además ella ya estaba embarazada de tres meses y medio y la barriguita empezaba a asomar.

Estaba feliz porque iba a tener un sobrinito o sobrinita en unos meses. Y tal vez estando en la misma casa que Aitor, podría conocerle mejor y pasar juntos mucho más tiempo.

Como era sábado, decidieron que al día siguiente cogerían las cosas de Kira para llevarlas al piso de Aitor. Por ser la primera noche, durmieron en la misma habitación y abrazados, pero ella no quiso llegar a nada más. Todavía no estaba lista, después de todo lo ocurrido.

A él no le importó en absoluto. Él la quería demasiado como para forzarla a nada. Quería unirse a ella en todos los sentidos, pero esperaría al momento adecuado. De esa forma sería mucho más profundo ese momento.

Se levantaron muy alegres esa mañana. Kira estaba bastante tranquila. le había venido bien dormir entre los brazos de Aitor.

–Buenos días… -susurró él.

-Buenos días. –contestó alegremente.

Fueron a desayunar, estaban muy felices, no podían ocultarlo.

–Oye, he pensado que debíamos recoger tus cosas.

-¿A la misma casa donde está Álvaro? –preguntó temerosa.

-Sí, pero no pasa nada. Yo iré contigo.

-Entonces tiene que ser a partir de las seis y antes de las nueve. Álvaro siempre está en casa de un amigo jugando a la consola. –explicó.

sábado, 29 de enero de 2011

Amistad y Amor capitulo 24

24º- Sentimientos a flor de piel

Cuando Aitor escuchó a Kira decir que ya había rehecho su vida. No pudo evitar que le hirviera la sangre por dentro. Estaba tremendamente celoso. Él la quería con locura y deseaba estar con ella, y no era posible.

Después de hablar, colgó el teléfono y suspiró tranquila. Su hermana se acercó a ella. – ¿Cuándo empezaste con alguien? –preguntó. –Eso es algo nuevo.

-¿Cómo empezar con alguien? Me lo inventé para que Álvaro me dejase en paz. –respondió.

Cuando Aitor escuchó eso, no pudo evitar suspirar muy aliviado. Se había quitado un gran peso de encima. Kira vio la reacción de Aitor, y le preguntó con una amplia sonrisa. – ¿Por qué suspiras?

-Porque... porque si llegas a estar con alguien, me muero. –respondió. –Y es que... yo quiero estar contigo.

Kira se sonrojó profundamente ante las bellas palabras que Aitor le acababa de decir. Ella no sabe lo que responder. Izan interrumpió el momento. –Vaya Kira, te has quedado muda, eso si que es asombroso...

-No sé. Yo... –comenzó a hablar pero se quedó callada, y salió corriendo. Se metió en la habitación. Rosa sonrió ante la reacción de su hermana. –Tranquilo, es muy normal que esté así, es muy tímida. –dijo mirando a Aitor.

-¿Ah, sí? –preguntó él con gran interés.

-Sí, aunque parezca que no. Es una persona muy tímida. Así que ten un poco de paciencia.

-Vale, voy a tener toda la paciencia del mundo. –contestó antes de salir de la cocina.

Fue hasta la habitación de Kira, donde estaba sentada en la cama de espaldas a la puerta. Se sentó a su lado, y se sonrieron tímidamente. Entonces Aitor no pudo evitar hablar.

–Kira ¿puedo decirte una cosa? –preguntó.

-Claro. Lo que quieras. –respondió.

Ella esperaba las palabras de Aitor, pero en lugar de eso, se acercó a ella y la besó con mucha ternura en los labios. Ella se quedó sorprendida, al principio no pudo decir nada. Solo le miraba sin articular palabra.

-¿Y esto? –preguntó pasados unos segundos cuando pudo volver a hablar.

-Es que… me apetecía hacerlo y no pude controlarme. –dijo. -¿La he cagado? –preguntó con miedo.

-No, solo que… necesito aclararme y saber lo que siento. –contestó.

-Tranquila, tómate el tiempo que necesites. –dijo Aitor sonriendo. –Y cuando tengas una respuesta, dímela.

-Gracias. –respondió.

Aitor prometió darle tiempo a Kira para pensar las cosas y aclarar sus sentimientos. Pero tenía que reconocer que estaba muy nervioso. Todos los días llamaba a casa de su hermano para hablar con ellos y le dijeran si Kira había preguntado por él.

-Hermanito, por favor, no seas impaciente.

-Lo sé, es que me gusta demasiado. –contestó.

-Seguro que pronto te da una respuesta.

-Espero que si, porque sino me volveré loco.

Pasada una semana, Aitor llamó como cada noche, sobre las 9 como hacía siempre. Saludó como siempre hacía a su hermano. –Hola, hermanito. ¿Qué tal estáis?

-Estamos bien. –respondió Kira.

-Ah… ho… hola. -¿Cómo estás?

-Bien. ¿Y tú?

-Bien, estoy bien. –dijo tímidamente.

-Oye, ¿puedes venir ahora a casa? –preguntó ella. –Necesito que hablemos.

-Claro, voy ahora mismo, no tardaré nada. Un beso.

No tardó ni veinte minutos en llegar a la casa de su hermano. Izan y Rosa, estaban en el comedor viendo una película, y como sabían que tenían que hablar, no quisieron molestarles.

Kira arrastró a Aitor a su habitación para poder hablar a solas. Se sentaron en la cama, él no se atrevía a abrir la boca por si metía la pata y se llevaba una desilusión. Estaba como un flan de nervioso.

-Yo te pedí tiempo, y me lo has dado, y en estos días he estado meditando, tratando de pensar las cosas con claridad y…

-Dime.

-Pues que… tú también me gustas. –confesó ruborizándose. –Pero si empezamos algo, necesito ir con calma y sin prisa.

-Claro, lo que tú quieras. –contestó alegremente. –Yo solo quiero estar a tu lado y quererte con toda mi alma.

-Eso es precioso.

-No tanto como tú.

Esas palabras sonrojaron mucho más a Kira, que no pudo evitar darle un fugaz beso en los labios, que le dejó boquiabierto. Él ya le había robado un beso, pero ese beso se lo había dado ella.

Kira se separó un poco de sus labios con una sonrisa tímida mirando al suelo. Aitor no paraba de sonreír, al ver que estaba mirando al suelo. Se acercó a ella y le cogió el mentón para hacer que le mirara.- Entonces ¿quieres salir conmigo?

-Si, pero vamos despacio. Aún tengo miedo. - reconoció ella con miedo en los ojos.

-Tranquila mi princesa, conmigo estarás a salvo. -dijo él muy dulcemente.

-Ya, si a ti no te tengo miedo. Es a los demás… no me atrevo a ir sola por la calle, por si alguien me sigue o me quiere hacer daño. -Respondió ella queriéndose apoyar en su hombro pero sin atreverse.

Aitor sonrió. Sin que ella le viera y la abrazó quedándose como ella quería. Se quedaron asi un buen rato hasta que llamaron a la puerta y ellos se separaron. -La cena ya esta lista. Aitor ¿te quedas a cenar?

-Si, me quedo. - respondió él con una sonrisa.