28º-El accidente
Entonces, oyeron una risa, miraron su procedencia y se pusieron como locos al ver que se trataba de Álvaro. No pudieron controlarse. Salieron disparados a por él. Entre los dos lo lanzaron al suelo.
-¡Cabrón, hijo de puta! –gritaban.
Él intentaba defenderse como podía, pero aún así no paraba de sonreír. Al final conseguiría que Kira no fuera para nadie más.
–Si ella no es mía, no será de nadie. –dijo mirándolos.
Los golpes aumentaron, no solo puñetazos, también patadas. Hasta que una chica se acercó a ellos y se puso a dar voces.
–Una de las chicas del accidente os está llamando.
-Llama a la policía para que detengan a este cabrón. Ha sido él el culpable del accidente. –dijo Izan que estaba algo más calmado.
Aitor estaba incontrolable, su hermano tuvo que sujetarle por la espalda porque no había parado de golpear a Álvaro.
–Las chicas nos necesitan.
Eso fue lo que le hizo reaccionar, se acercaron a sus chicas. Estaban tumbadas junto al coche. Rosa tenía muchos cortes superficiales pero estaba preocupada por su bebé. Kira no tenía tantos cortes, pero lo que más les preocupaba es que no paraba de sangrar la herida.
No sabían lo que hacer, tan solo apoyar a sus chicas, estar a su lado e intentar que no sangraran demasiado las heridas. Hasta que por fin escucharon el ruido de la ambulancia que llegaba.
Las revisaron rápidamente, y las subieron a las camillas, se llevaron a cada una en una ambulancia con su respectivo novio en ella. Lo que más les preocupó a los ATS fue el embarazo de Rosa, estuvieron comprobando que no había sufrido daños.
En la ambulancia en la que iba Kira, intentaron taponarle la herida. Aitor estaba cada vez más alterado. Hasta que escuchó algo que lo alarmó mucho más.
–Date prisa. –dijo el ATS al que conducía la ambulancia. –Tiene el bazo roto, ¡hay que intervenirla ya!
Una vez llegaron allí, a ellos los mandaron a la sala de espera. Mientras sus chicas pasaban dentro en las camillas rápidamente. Los dos hermanos sabían que tenían que esperar y eso iba a ser muy difícil y angustioso.
Parecía que la que peor estaba era Kira, por la gran herida, pero Izan estaba muy preocupado por el bebé.
–Tengo miedo de que pase algo con el bebé.
Pero su hermano no podía consolarle. Sabía que Kira estaba muy grave. Habían dicho que tenían que operarla porque se le había roto el bazo. Y había visto las suficientes series de médicos como para saber que era grave.
Tras unas larguísimas horas de espera, salió un médico a buscarlos. Era alto y con una expresión amable en el rostro.
–Vengo a informarles del estado de las dos hermanas. Tengo entendido que son sus parejas.
-Doctor ¿Cómo están? –preguntaron a la vez.
-Rosa, tiene cortes superficiales, y milagrosamente el bebé está bien. Pero ella sigue muy alterada por lo ocurrido y si sigue tan estresada podría causarle daños al bebé.
-Yo puedo conseguir calmarla, si me deja pasar a verla. –dijo Izan.
-¿Y cómo está Kira? –preguntó Aitor.
-También tenía cortes superficiales, pero no sé si sabe que se le rompió el bazo. La hemos operado de urgencia. –explicó. –Afortunadamente, la operación salió bien, pero tardará en recuperarse.
Los dos hermanos salieron disparados hacia la habitación de sus chicas. Izan empezó a besarle el cuello a Rosa que a los dos minutos ya estaba tranquila.
–Así está mejor, mi amor.
-Ya sabes que cuando me besas en el cuello, a los pocos minutos estoy tranquila y relajada. –Le dijo ella. - ¿Cómo esta Kira?
-Bien. Aunque la tuvieron que operar de urgencias porque se rompió el bazo. –Dijo él furioso. –Además ya sabemos quien fue el gilipollas que provocó el accidente. – Su furia iba en aumento.
-¿Quién fue?
-Álvaro
-¿Cómo? –preguntó alarmada.
-Tranquila, que no se fue de rositas…
-¿Qué habéis hecho? –preguntó alarmándose.
-Nada que no se mereciera... –contestó sin mirarla.
En parte Rosa estaba de acuerdo. Ese chico los había hecho sufrir demasiado. Era mala persona, y su hermana estaba grave por su culpa. Además que ella había estado a punto de perder al bebé. Se quedaron pensativos cogidos de la mano.
…………………….
Mientras tanto, Aitor miraba a Kira. Aun estaba dormida por los calmantes de la operación. La observaba en silencio, no podía evitar cabrearse por lo que le dijo Álvaro. No le había gustado nada eso de que si Kira no era de él, no sería de nadie.
Pasado un rato, Kira se despertó, estaba muy desorientada, y sentía que le dolía todo el cuerpo.
– ¿Dón… dónde…estoy?
-En el hospital. Tuvisteis un accidente. –explicó él.
-¿Y… mi hermana? –preguntó intentando incorporarse.
-No te levantes. Tranquila. –dijo él impidiéndoselo. –Ella y el bebé están bien. Solo son cortes superficiales.
-Menos mal. –suspiró. –Pero no me explico lo que pudo pasarle al coche, que no frenaba.
-Fue el gilipollas de Álvaro. –contestó apretando los puños.
-Genial ha actuado como pensé que iba a actuar. - susurró Kira sin saber que Aitor la había oído.